El 2 de septiembre de 1554 la expedición dirigida por los conquistadores Francisco de Ibarra y Juan de Tolosa llegó al Ojo de aguas de Fresnillo, donde pasaron 12 años antes de que llegaran los primeros pobladores a la zona, todos ellos con el objetivo de sacar provecho de las minas ubicadas en el Cerro de Proaño.
Desde ese momento se evaluó a la zona como próspera para la minería, lo que continuó atrayendo a nuevos habitantes, incluso después de que el sitio dejara la dependencia de España. A partir de 1832 el Congreso Local de Zacatecas reconoció el territorio como ciudad.